Es por ello que el trabajo grupal es el que permite lograr este cometido, ya que encontrarse con mujeres que padecen situaciones similares, permite no solo ubicarse en el lugar el “otro”, generando lazos solidarios, si no, que también propicia, a través de la palabra profesional y de todas las participantes, encontrar un modo diferente de mirar la realidad que atraviesan.
Este sábado 14 de abril, se llevó a cabo el segundo encuentro organizativo, con el fin de realizar un trabajo de campo, es decir, recorrer el barrio en busca de nuestra población destinataria del taller. El mismo, esta orientado a mujeres que atraviesan situaciones socio-económicas vulneradas y por tal motivo las casas precarias y ocupadas fueron las receptoras primordiales.
Las compañeras que forman parte del taller, tras caminar las calles caballitenses, contactaron a varias vecinas, entrando a las casas y relevando el medio en el que viven. Es así, como se les comenté de este espacio nuevo, ante lo cual, demostraron mucho interés, afirmando su presencia para el inicio del mismo el día 28 del corriente.
El barrio es grande y queda mucho por recorrer. Los próximos días serán abocados a esta misma tarea: encontrar mujeres que necesiten ser escuchadas y contenidas, porque como ya lo decía la compañera Evita, “ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta“ y quienes pensaron, idearon y crearon este espacio, apuntan a que todas las mujeres tengan la misma posibilidad de ser escuchadas y generar una conciencia crítica que les permita tener las herramientas necesarias para ser ellas mismas las dueñas de su vida.
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