martes, 31 de enero de 2012

Porqué es importante la tarjeta SUBE



Grupo de Transporte del Cep


Hasta el 2002 el transporte de pasajeros, en general, no recibía subsidios. Los colectivos, que transportan el 75% de los pasajeros del AMBA, nunca los habían percibido. Los trenes y el subte (concesionados por el menemismo) tenían contratos que en algunos casos preveían (en teoría) pagar un canon al Estado en el mediano plazo. Todo esto, por supuesto, se daba en el marco de los espejitos de colores del 1 a 1, cuando reinaba una desocupación mayor al 20%... lo que hacía que, naturalmente, mucha gente no usara el sistema (dado que más del 66% de los viajes se hacen para ir o volver del trabajo). 
Luego de la crisis del 2001/02, el gobierno nacional empezó a subsidiar al transporte público de pasajeros con el objetivo de mantener las tarifas accesibles para la población. Los costos del sector, presionados por la suba del dólar (gasoil, material rodante) y por la mejora de los salarios gracias al restablecimiento de las paritarias, habían ido aumentado sostenidamente; por eso fue necesario compensarlo con subsidios. 
Los subsidios se dan a las empresas de transporte contra la presentación de una declaración jurada que incluye datos de cuántos pasajeros transportan, cuántos kilómetros recorren, qué cantidad de unidades poseen. 
El éxito de esta política fue notable. Primero, les permitió a los ciudadanos ir en busca de trabajo, para lo cual resulta indispensable desplazarse por la ciudad; y una vez que consiguieron el empleo, permitió que no se lesionaran sus ingresos, dado que la tarifa quedó congelada por mucho tiempo.
Sin embargo, había un incoveniente: el Estado carecía de herramientas para poder determinar al detalle los costos de las empresas de transporte, su recaudación y por ende, el monto exacto del subsidio necesario. Por otro lado, el subsidio estaba dirigido principalmente a las empresas, con la finalidad de congelar tarifas para todos los usuarios; pero el crecimiento de los salarios, con el correr del tiempo, permitía que un porcentaje de la población pudiera afrontar el costo de la tarifa plena, cosa que este esquema de subsidios no podía reconocer.
Desde 2009, el Estado Nacional ha venido desarrollando el SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico). El SUBE consiste en una tarjeta inteligente en la cual se carga dinero y luego se la utiliza para el pago del transporte público del AMBA (colectivos, subtes y trenes). 
Este sistema involucra un cambio radical en el sistema de transporte. Antes, cada empresa cobraba el boleto y tenía al momento el efectivo. El SUBE, en cambio, separa a las empresas que prestan el servicio del ente que recauda la plata, que pasa a ser el Estado. La plata que se carga en la tarjeta está en una cuenta del Banco Nación. Cuando el usuario utiliza la tarjeta, el sistema le envía la información al Banco, que deposita en la cuenta de la empresa de transporte el valor del boleto. Esto significa que el Estado tiene la información real de la cantidad de personas que transportó cada empresa y, además, cuánto pago cada una. Al mismo tiempo, gracias al GPS que tiene cada máquina en el colectivo, es posible controlar el servicio que presta (frecuencia, velocidad, trayecto, kilómetros recorridos).
 

Dado que cada tarjeta es personal, a partir de ahora el Estado va a poder dirigir este subsidio a quienes más lo necesiten (ya sea porque su ingreso es menor, o porque tengan que realizar muchos transbordos para llegar a destino, etc.). 
No obstante, el cambio de sistema no fue simple. Además de las lógicas dificultades técnicas que presentó la implementación del SUBE, también hubo que lidiar con la resistencia de las empresas de transporte.
·        El 8 de noviembre de 2011 el Estado les comunicó a las empresas que a partir del día 30 de noviembre de 2011 se consideraba “vencido” el plazo para la implementación del SUBE y que, si no lo instalaban, se procedería a quitarles el subsidio.
·        En paralelo, se lanzó una campaña en todos los medios comunicando la siguiente consigna: “Si no tiene SUBE o no funciona, ¡viajas gratis!”. De este modo se logró que el 100% del transporte del AMBA tenga implementado el SUBE. 
El paso que ahora se está  dando, en el marco de la sintonía fina que marca la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es lograr que el 100% de los viajes se paguen con la tarjeta SUBE. Esto resulta indispensable poder conformar un registro de toda la información del sistema de transporte y poder subsidiar al que lo necesita, logrando a su vez controlar a las empresas para que presten un mejor servicio y sin sobreprecios. 
Hay tarjetas para todos; hay que llevar tranquilidad a la gente. Existen más de 600 puntos de distribución y todos los días se abren nuevos. Quedan todavía 2 semanas. A no desesperarse: tienen que buscar el punto más cercano y con menos cola




Información general
Pagina del SUBE
http://www.sube.gob.ar

El SUBE en la ANSES:
http://www.anses.gob.ar/prensa/noticia.php?id=405

El SUBE en la Secretaria de Transporte:
http://www.transporte.gov.ar/content/sube/

Facebook
http://www.facebook.com/comunidadsube?sk=wall

0800-777-7823 

Hay más de 600 Centros de Obtención
Retirá tu tarjeta gratis presentando tu documento de identidad.
El Sistema Único de Boleto Electrónico ofrece más de 600 puntos de distribución ubicados estratégicamente en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano Bonaerense, la Costa Atlántica y distintas ciudades de la Provincia de Buenos Aires.
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lunes, 30 de enero de 2012

SUMATE!






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martes, 24 de enero de 2012

Cine, arte y conciencia popular


El sábado 21 por la tarde/noche los compañeros de La Cámpora Caballito se reunieron en lo que podríamos decir fue el inicio de lo que será una actividad regular para el año 2012: los ciclos de cine, ya que en breve estarán ultimando detalles para llevar esta actividad a los vecinos del barrio, aprovechando las tardes de verano.

En este caso la propuesta fue, como parte de una charla de formación interna, analizar la obra de Hector Olivera, autor de películas históricas e ineludibles, no sólo para la historia del cine, sino para la historia social y política argentina. Entre sus obras más destacadas podemos nombrar: La Patagonia Rebelde (1974), La noche de los lápices (1986), No habrá más penas ni olvido (1983),  El caso María Soledad (1993) y muchas más.

Primero se realizó una recorrida por sus principales obras, no sólo desde su aspecto de realización cinematográfica, sino sobretodo desde su importancia histórica y política como el caso de la reivindicación de las marchas estudiantiles de la UES durante la dictadura en La noche de los lápices o la represión de las huelgas obreras de principio de siglo con La Patagonia Rebelde, en la cual se destaca como extra Nestor Kirchner.

La película que se proyectó fue El mural (2010), la última obra del autor, en la que narra la historia del mural realizado por David Alfaro Siqueiros, muralista mexicano, en el sótano de la mansión de Natalio Botana, el polémico dueño y fundador del diario Crítica. En este obra vemos claramente las relaciones de poder entre la prensa, los gobiernos de facto y las oligarquías; como así también se representa críticamente la capacidad del arte en esta disputa de poder para torcer la balanza a favor del pueblo o someterse a ser un mero lujo vulgar para las clases dominantes.

Cabe destacar que esta película tiene una íntima relación con la coyuntura actual y el debate planteado a partir de la ley de servicios audiovisuales como así también la temática central de la película, que es el mural de Siqueiros "Ejercicio Plástico", el eje del film, obra recuperada por Cristina Fernandez de Kirchner de un contenedor en San Justo en el que se encontraba abandonado por gobiernos constitucionales y dictaduras desde hacía décadas. Luego del trámite judicial y su restauración, ha sido emplazado en la Aduana Taylor - Museo del Bicentenario en donde se expone al público, de esta manera se resignifica la obra del autor nacida como un ejercicio plástico para el goce de un burgués en el sótano de su mansión, ahora expuesta abierta al público, convirtiéndola en una obra popular y revolucionaria como Siqueiros quería y creía que el arte debía ser, sobretodo en el muralismo.

Para cerrar, se pueden recordar unas palabras de nuestra Presidenta acerca del asunto: "...hay que desmitificar que el arte puede ser sólo comprendido por la elite, sino que puede hacerlo el pueblo cuando tiene acceso a estas cosas y se construyen relatos cinematográficos y bibliográficos. Hay un acceso más popular cuando uno explica la historia, lo que expresan, y no hace falta ser universitario", y refirió que la reparación del mural "era una deuda que teníamos con nuestra propia historia".