Grupo de Transporte del Cep
Hasta el 2002 el
transporte de pasajeros, en general, no recibía subsidios. Los colectivos, que
transportan el 75% de los pasajeros del AMBA, nunca los habían percibido. Los
trenes y el subte (concesionados por el menemismo) tenían contratos que en
algunos casos preveían (en teoría) pagar un canon al Estado en el mediano
plazo. Todo esto, por supuesto, se daba en el marco de los espejitos de colores
del 1 a 1,
cuando reinaba una desocupación mayor al 20%... lo que hacía que, naturalmente,
mucha gente no usara el sistema (dado que más del 66% de los viajes se hacen
para ir o volver del trabajo).
Luego de la
crisis del 2001/02, el gobierno nacional empezó a subsidiar al transporte
público de pasajeros con el objetivo de mantener las tarifas accesibles para la
población. Los costos del sector, presionados por la suba del dólar (gasoil,
material rodante) y por la mejora de los salarios gracias al restablecimiento
de las paritarias, habían ido aumentado sostenidamente; por eso fue necesario
compensarlo con subsidios.
Los subsidios se
dan a las empresas de transporte contra la presentación de una declaración
jurada que incluye datos de cuántos pasajeros transportan, cuántos kilómetros
recorren, qué cantidad de unidades poseen.
El éxito de esta
política fue notable. Primero, les permitió a los ciudadanos ir en busca de
trabajo, para lo cual resulta indispensable desplazarse por la ciudad; y una
vez que consiguieron el empleo, permitió que no se lesionaran sus ingresos,
dado que la tarifa quedó congelada por mucho tiempo.
Sin embargo,
había un incoveniente: el Estado carecía de herramientas para poder determinar
al detalle los costos de las empresas de transporte, su recaudación y por ende,
el monto exacto del subsidio necesario. Por otro lado, el subsidio estaba
dirigido principalmente a las empresas, con la finalidad de congelar tarifas
para todos los usuarios; pero el
crecimiento de los salarios, con el correr del tiempo, permitía que un
porcentaje de la población pudiera afrontar el costo de la tarifa plena, cosa
que este esquema de subsidios no podía reconocer.
Desde 2009, el
Estado Nacional ha venido desarrollando el SUBE (Sistema Único de Boleto
Electrónico). El SUBE consiste en una tarjeta inteligente en la cual se carga
dinero y luego se la utiliza para el pago del transporte público del AMBA
(colectivos, subtes y trenes).
Este sistema involucra un cambio radical en
el sistema de transporte. Antes, cada empresa cobraba el boleto y tenía al momento
el efectivo. El SUBE, en cambio, separa a
las empresas que prestan el servicio del ente que recauda la plata, que
pasa a ser el Estado. La plata que se carga en la tarjeta está en una cuenta
del Banco Nación. Cuando el usuario utiliza la tarjeta, el sistema le envía la
información al Banco, que deposita en la cuenta de la empresa de transporte el
valor del boleto. Esto significa que el Estado tiene la información real de la cantidad de personas que transportó
cada empresa y, además, cuánto pago cada una. Al mismo tiempo, gracias al GPS
que tiene cada máquina en el colectivo, es posible controlar el servicio que
presta (frecuencia, velocidad, trayecto, kilómetros recorridos).
Dado que cada
tarjeta es personal, a partir de ahora
el Estado va a poder dirigir este subsidio a quienes más lo necesiten (ya
sea porque su ingreso es menor, o porque tengan que realizar muchos transbordos
para llegar a destino, etc.).
No obstante, el
cambio de sistema no fue simple. Además de las lógicas dificultades técnicas que
presentó la implementación del SUBE, también hubo que lidiar con la resistencia
de las empresas de transporte.
·
El 8 de
noviembre de 2011 el Estado les comunicó a las empresas que a partir del día 30
de noviembre de 2011 se consideraba “vencido” el plazo para la implementación
del SUBE y que, si no lo instalaban, se procedería a quitarles el subsidio.
·
En paralelo, se lanzó
una campaña en todos los medios comunicando la siguiente consigna: “Si no tiene
SUBE o no funciona, ¡viajas gratis!”. De este modo se logró que el 100% del
transporte del AMBA tenga implementado el SUBE.
El paso que ahora
se está dando, en el marco de la sintonía
fina que marca la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es lograr que el 100% de los viajes se paguen con la
tarjeta SUBE. Esto resulta indispensable poder conformar un registro de toda la información del sistema de
transporte y poder subsidiar al que lo necesita, logrando a su vez
controlar a las empresas para que presten un mejor servicio y sin
sobreprecios.
Hay tarjetas para todos; hay que llevar
tranquilidad a la gente. Existen más de 600 puntos de distribución y todos los
días se abren nuevos. Quedan todavía 2 semanas. A no desesperarse: tienen que
buscar el punto más cercano y con menos cola.
Información general
Pagina del SUBEhttp://www.sube.gob.ar
El SUBE en la ANSES:
http://www.anses.gob.ar/prensa/noticia.php?id=405
El SUBE en
http://www.transporte.gov.ar/content/sube/
http://www.facebook.com/comunidadsube?sk=wall
0800-777-7823
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